De los tres personajes que marcaron -académicamente- mi paso por la universidad, hay uno al que recuerdo de manera especial. Me refiero a un caballero de edad, canoso y alto, que más bien parecía el doble del viejo pascuero que un profesor universitario. Por el hecho de dictar una cátedra de Neurología, es que durante años ha sido conocido por «neurito» (uno de los componentes de la neurona).
Reprobé su ramo (como la gran mayoría de mis pares) y al año siguiente me propuse no rendirme aunque los resultados no fueran los más deseables. Y eso era lo que él buscaba: generar en sus alumnos un espíritu de superación que nos llevara a querer saber más.
Era de esos profesores que más que enseñarte ciertos contenidos, te enseñaba de la vida. Así es como una vez, entre apuntes y libros, nos dió una definición de la palabra «franqueza»:
Franqueza es: «decir, no todo lo que se piensa, sino lo todo lo que hay que decir».
Hoy me acordé de él… y saqué del baúl de los recuerdos un extracto de un tango porteño que alguna vez fue citado por él:
«Alma, si tanto te han herido,
porque rechazar el olvido,
porque prefieres llorar lo que has perdido,
buscar lo que has querido,
llamar lo que murió…»
(si alguien sabe cómo continúa… )
Y ya van casi 5 años de eso.
Hay cosas personas que pasan rápido, pero que nunca se olvidan.
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agosto 3, 2006 at 1:44 am
Hola!
Que agrado tener esos profesores. Yo tambien tuve pocos de ellos. Los de los ramos más de primer año, el de química orgánica, maestro…
Yo tambien padezco insomnio. Desde pequeño. He pasado hasta 4 días al hilo sin dormir. Es fome. Pero uno se acostumbra. Y al final, ya tendremos la muerte para dormir. Así aprovecho de hacer otras cosas.
Besos.
El Astudillo
agosto 3, 2006 at 10:30 am
creo que todos mas de laguna vez nos hemos encontrados con tipos (profes) así…jodidos pero en el fondo son los mejores…
Un beso, y me quede metido con la letra del tango…
agosto 3, 2006 at 11:15 am
por qué te visitan los recuerdos?. Has dejado tu ventana abierta a los espíritus?
agosto 3, 2006 at 12:06 pm
Cresta que duele, pero cierto.
agosto 3, 2006 at 12:51 pm
llegue aqui
no se como?
un gustazo!
agosto 3, 2006 at 2:53 pm
Mis profes, siempre fueron muy disciplinados y mantenian distancia de nosotros. Espero algun dia tener un profe que vaya mas haya del contenido de su clase. Saludos
agosto 3, 2006 at 4:46 pm
las cosas pasan, pero lamentablemente la vida está hecha de recuerdos.
lamentable. así es el eterno resplandor.
los recuerdos existen,también cuando presionamos play…(esos duelen más).
saludos.
agosto 3, 2006 at 8:03 pm
Esos profes son los que más valen, y la verdad su definición de franqueza es bastante buena. Saludos
agosto 3, 2006 at 8:59 pm
Hace tiempo que no veías mis letras?
Me perdí en un agujero negro…
Pero he vuelto sano y salvo!
SalU2
T.
agosto 5, 2006 at 1:54 am
Siempre he mantenido que uno con el paso del tiempo, va aprendiendo, y como no, esa definicion tan sabia, solo podria decirla alguien que lleva avanzado su cuento en este mundo.
saludos.
agosto 5, 2006 at 5:08 pm
Yo odié a veces a mi profe de conta!!!
viejo más care palo que él no creo que exista!
me quejé tanto mientras estudiaba conta!
pero ahora que miro hacia atrás…aprendí tanto!me quejaba de puro llena!!!
tanta gente valiosa que miré a huevo…
muchos besos pau!!!
TanGuis_________*
agosto 6, 2006 at 2:36 pm
pocos profes recuerdo así, por algo q tuvieran en su esencia…..podria rescatar pequeñas cosas, pequeñas frases de cada uno…..pero en su conjunto me han dejado mucho…
SAludos!
agosto 6, 2006 at 4:17 pm
Mi profesor de neuropsicofisiología (uf!) era todo un caso. Recuerdo haberme reido a carcajadas en una ocasión en que se quedó con la boca abierta en la mitad de la clase, por más de seis segundos y con la mirada al vacío…qué habrá pasado con sus neuronas en ese momento?
Afortunadamente, no reprobé el ramo 😀
~ Andrea ~
agosto 6, 2006 at 4:41 pm
Hay personas a las cuales no olvidamos jamás…
Besos para usted niña…
agosto 6, 2006 at 6:15 pm
Nadie mejor que los profesores que alguna vez marcaron nuestras existencias, sobre todo porque uno puede partir odiándolos -como tú que te echaste un ramo- y eso se convierte en combustible para crecer y superarse.
Saludos desde el hormiguero,